2.10.06

Acompañamiento comunitario a enfermos alcohólicos

El alcoholismo puede llevar asociado un deterioro progresivo en las relaciones sociales (en parte como consecuencia del deterioro físico y psíquico de la persona afectada), la pérdida de responsabilidad laboral, el deterioro de las relaciones familiares o la estigmatización social del enfermo alcohólico (al igual que ocurre con otras enfermedades o adicciones: enfermos mentales, heroinómanos, etcétera), por lo que el apoyo social al enfermo alcohólico puede ser un factor fundamental para su recuperación.

Por ello, además del tratamiento farmacológico y terapéutico (con psicoterapia clínica o a través de grupos de autoayuda), proporcionar un servicio de acompañamiento comunitario por parte de profesionales especializados al enfermo alcohólico, puede beneficiar su recuperación y complementar estos tratamientos. Entre los objetivos que puede tener este servicio de acompañamiento pueden estar:

  • Servir de mediación social con la comunidad. Los servicios que ofrece la comunidad pueden ser de difícil acceso para este tipo de pacientes, sobre todo en el caso de un deterioro físico y psíquico importante. Por ejemplo, el acompañamiento a las citas médicas, recogiendo las indicaciones del médico o profesional que lo atiende, y asegurando su comprensión y su adecuado cumplimiento por parte del paciente.
  • En el caso de tratamiento farmacológico y sobre todo terapéutico, el acompañamiento comunitario, puede servir como un servicio complementario. Por ejemplo, como extensión de la terapia en el periodo entre sesiones clínicas, asegurando el cumplimiento y la realización adecuada de las actividades y ejercicios propuestos por el terapeuta, en una labor similar a la llevada a cabo por otros paraprofesionales.
  • Además los profesionales que realicen el acompañamiento, pueden llevar a cabo labores de apoyo social y counselling. Por ejemplo, facilitando la toma de decisiones en la vida cotidiana, ayudando a corregir malos hábitos, etcétera. Además, la presencia del profesional, puede ejercer un cierto control social sobre determinados aspectos como las recaídas en el consumo de alcohol, el cuidado personal, la organización diaria de las actividades, etcétera.
  • Por último, el acompañante comunitario, puede llevar a cabo labores de mediación familiar. Por ejemplo, ayudando a la comprensión por parte de la familia de la situación en la que se encuentra el paciente, haciéndoles entender la importancia de ofrecer su apoyo al enfermo y no obviar la enfermedad, y facilitando la resolución de conflictos en el ámbito familiar.

La eficacia del acompañamiento comunitario pasa en ocasiones por una presencia continuada del profesional en el contexto en el que se desenvuelve el paciente (en ocasiones de varias horas al día). Sin embargo, es necesario evitar la aparición de una relación de dependencia que pueda ser perjudicial en su proceso de recuperación. Se trata de potenciar la capacidad del paciente para mantener unas relaciones sociales satisfactorias, proporcionándole las habilidades y estrategias de afrontamiento necesarias para su desenvolvimiento adecuado en la comunidad.

1 Comments:

At 11:56 a. m., Blogger Isidro said...

El comentario de Daniel sobre el acompañamiento comunitario es muy clarificador. Yo sólo añadiría que esta estrategia no sólo sirve en la prevención terciaria, como es el caso que Daniel comenta. También se puede utilizar como estrategia de prevención primaria...

 

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