4.1.06

Buenas prácticas en el contexto educativo

Detectar buenas prácticas y casos destacados de aplicación en los programas nos permite sistematizar la intervención y ayudar a la comunidad a gestionar sus recursos y capacidades para mejorar la calidad de sus proyectos. Al igual que en el caso de la intervención en el ámbito comunitario, dentro del ámbito educativo del programa “Ciudades”, observamos prácticas de los aplicadores que mejoran la eficacia de las intervenciones:

  • Nos encontramos con estrategias que coinciden en algún caso con algunas de las prácticas propuestas desde la teoría en el ámbito educativo. Por ejemplo, el coordinador de la Mancomunidad Sierra Norte mantiene una primera reunión con tutores de un mismo nivel y curso, a los que presenta el material y los objetivos del programa educativo (Dino y Prevenir para Vivir). Posteriormente, acude a la primera sesión de aplicación de aquellos que se han comprometido para llevar a cabo la aplicación. En esta primera sesión, el coordinador facilita una primera toma de contacto con la metodología y el contenido de las actividades del programa. El resto del curso, lleva a cabo labores de asesoramiento de las dificultades y necesidades que puedan surgir en la aplicación. Además, en aquellos casos en que es posible, ayuda a la integración del programa en el Plan de Centro a comienzos del curso. Durante todo el año, mantiene un contacto permanente con el orientador del centro como figura de mediación con el profesorado del centro escolar. Actividades similares se llevan a cabo en Guadalcanal, El Arahal o Morón de la Frontera y Pruna.

  • También dentro del ámbito educativo, es necesario llevar a cabo una evaluación de necesidades de la población objeto de la intervención, así como una evaluación de los resultados de la aplicación de actividades preventivas relacionadas con las drogodependencias. Este tipo de evaluaciones son llevadas a cabo por proyectos como el de Mairena del Aljarafe, a través de un cuestionario que mide los patrones de consumo de los alumnos de secundaria de la localidad.

  • Otro aspecto importante a tener en cuenta es la capacidad del profesorado para poner en marcha actividades de prevención en el centro educativo. Algunos coordinadores llevan a cabo actividades de formación con este colectivo. Por ejemplo, la coordinadora del proyecto de La Rinconada lleva a cabo una actividad formativa sobre prevención de drogodependencias dirigida a profesores de primaria y secundaria. En este curso, consigue convocar a un número significativo de tutores de los centros escolares de la localidad. Para ello, lleva a cabo una labor previa de motivación y de difusión de los contenidos y la importancia de la actividad.

  • Finalmente, proyectos como el de Castilleja de la Cuesta, plantean como actividad entregar al centro educativo una planificación de todas las actividades de prevención que es posible realizar desde el proyecto del “Ciudades ante las drogas” y desde otras organizaciones y programas de prevención de drogodependencias. Esto permite al centro elegir aquellas que mejor se adapten a su Plan de Centro y coordinar todas las actividades que se van a aplicar a lo largo del curso.