23.3.06

Modelos de aplicación en el ámbito comunitario en el "Ciudades ante las drogas"

La intervención preventiva en el ámbito comunitario requiere de habilidades diferentes a las necesarias para intervenir en el ámbito educativo. Los proyectos del programa “Ciudades ante las Drogas” incluyen actividades dirigidas a diferentes sectores poblacionales (familias, jóvenes, adultos en general, etcétera). La mayoría de los coordinadores ha llevado a cabo un diagnóstico previo de los recursos de prevención ya existentes en la comunidad, y han adaptado su proyecto en función de estos recursos. Se suelen llevar a cabo encuentros con otros agentes de prevención de la comunidad y los proyectos contienen actividades de información y difusión de las actividades de los programas. Por último, también se evalúa el proceso de aplicación de las actividades (población atendida, recursos utilizados, desarrollo de la actividad, etcétera).

Las principales diferencias encontradas entre los coordinadores entrevistados en cuanto a la intervención en el ámbito comunitario, hacen referencia a la presencia o no de una evaluación inicial de necesidades, por ejemplo, mediante instrumentos de evaluación como cuestionarios con indicadores de patrones de consumo, para valorar la situación del consumo en la población, que permita ajustar los objetivos, recursos, actividades, etcétera del proyecto a estas necesidades. También en cuanto a la evaluación de resultados de aplicación de los programas para valorar la eficacia de la práctica preventiva puesta en marcha. Mientras que un grupo menos numeroso (8 coordinadores) llevan a cabo estas actividades de evaluación del programa, otro grupo más numeroso (15 coordinadores) no lo hace en absoluto. Las razones esgrimidas por los coordinadores para llevar a cabo o no la evaluación de sus programas se resumen en dos:

  • La falta de habilidades y conocimientos, por ejemplo sobre elección de los indicadores de evaluación más apropiados, construcción de pruebas que midan estos indicadores, muestreo de la población, recogida de datos y valoración de los resultados, etcétera. En algunos casos aun cuando se recogen los datos mediante encuestas a la población, no se utilizan para orientar o medir la eficacia de las intervenciones.
  • La falta de recursos humanos, materiales, de tiempo, etcétera para llevar a cabo una tarea que necesita de una gran dedicación y continuidad en el tiempo.

Por otro lado, cabe destacar la escasa participación que se observa en algunas actividades dentro de ámbitos como el comunitario y el formativo en algunos proyectos. En ocasiones, la escasa participación llega a dificultar la realización de la actividad. Se llevan a cabo campañas de difusión, se diseñan materiales a los que se les supone cierto atractivo para la población diana, incluso se ofrecen incentivos a la participación, y sin embargo, es difícil conseguir la implicación de un número significativo de personas en determinadas actividades. Eso puede guardar relación en algunas ocasiones con la ausencia de un adecuado diagnóstico de necesidades en la población que permita adaptar y ajustar la planificación y la implementación del programa en función de los resultados obtenidos.